Soltera, pero no sola…


“Los caminos de la vida, no son como yo pensaba...” Dirían los Angeles Azules. Cuando yo me embaracé, comenzó una etapa de mi vida, diferente a cualquier otra, una de la cual no tenía punto de referencia pero sí una gran idea que había maquilado desde que era niña, tal vez no fue el momento ideal, pero así tocó, y solo quedaba actuar en consecuencia.

Al pasar del tiempo, Mr. P y yo nos dimos cuenta que cada uno con su vida, íba para el lado contrario del otro, entonces tomamos la decisión de separarnos. Fue una de las más maravillosas decisiones en mi vida, aunque no lo crean. Si fue triste, al final, es frustrante que los planes no salgan como uno pretende, yo ya me habia hecho a la idea de quedarme ahí.

Pero entonces la vida te cambia el rumbo, las preguntas y todas las respuestas… ¿Qué hacer? Ser mamá y ser soltera al mismo tiempo tiene un sin fin de ventajas y desventajas. La verdad yo en lo personal, trato de concentrarme siempre en lo bueno, pero realmente no siempre es fácil estar en equilibrio. Podría en este momento hacer un análisis FODA del tema, y no sé exactamente qué ganaría, si las oportunidades o las amenazas.

Desde las celebraciones y el pasar de los días (10 de Mayo, fines de semana, cumpleaños, reuniones con los amigos, fiestas infantiles, compromisos familiares etc…) te das cuenta que esa historia que imaginaste desde pequeña, no se dió, pero no significa que no tengas un cuento de hadas también, solo que todavía estás en busca del príncipe azul (o verde o negro o rojo o solo azul y todas sus variantes).

Finalmente es un tema complicado y muy extenso, pero quiero dejar claro, que hoy pasaré todo el día analizando cada una de las Fortalezas y Debilidades sobre el tema. Ser soltera, pero no estar sola, es una situación agridulce porque te encuentras en el limbo, estas entre 2 mundos y todo lo que eso conlleva.

Finalmente, quiero decirles que una de las grandes ventajas que tiene esta situación sentimental complicada, es que cuando te separas, en su gran mayoría, nos queda un cayito especial para no regarla igual, y no hay que olvidar que para saber lo que queremos, es indispensable saber lo que NO queremos, y ahí, ya la llevamos de gane con esta fractura.



Con todo mi amor desde el limbo…

C. Martell



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